Medikuen Ahotsa

El doctor Zubeldia cumple 100 años. Zorionak!

Más allá de la medicina

El doctor José María Zubeldia Beloqui cumple 100 años, gran parte de ellos dedicados a la medicina. Especialista en el aparato digestivo, se instaló en San Sebastián donde compaginó su trayectoria profesional y su vida en general. Aprovechamos su visita al Colegio de Médicos para que nos desvelase algunos de los secretos para llegar tan bien al centenario, para hacer un repaso a su carrera como médico y conversamos con los que mejor le conocen: su familia. 

Con paso firme y acompañado por un bastón hacia su entrada el doctor Zubeldia hace unas semanas en la sede del Colegio de Médicos. Como no todos los días se cumplen 100 años, le pedimos que nos contara alguna de las claves para llegar tan bien al centenario. “No fumar, no he fumado en la vida” aseguraba el doctor.

Natural de Tolosa, el mayor de tres hermanos, muy joven quedó huérfano de padre.
En sus años de estudio en el Colegio de los Padres Escolapios, conoció a sus mejores amigos con los que continuó una amistad que duro toda la vida. Entre ellos se encontraban los doctores José Antonio Alustiza (pediatra), José Mari Echeverría (dentista) y Fernando Azaldegui (pediatra).

La mitad de la carrera la estudió en Zaragoza (1933) y la otra mitad en Madrid (1939), ya que se vio interrumpida por la Guerra Civil en 1936. La especialidad de digestivo y el doctorado los hizo en Barcelona, en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo a cargo del doctor Gallart, donde “guardo muy buenos recuerdos de mi estancia allí”. Una vez finalizada la especialización, empezó a trabajar en digestivo y cirugía, se hizo médico de empresa para diferentes empresas de la zona.

Montó la consulta en un piso en Tolosa, pero también acudía a consultas desde Andoain hasta Zumárraga. A pesar de que las condiciones en el piso no eran muy buenas, la consulta contaba con un despacho y una habitación. “Lo bueno es que estaba situado al lado de la Cruz Roja y acudía allí para poder utilizar la máquina de rayos X que por entonces no tenía” recuerda el doctor Zubeldia. Con el tiempo pudo hacerse con una máquina. Se instaló en el piso donde vivía su madre, “a la cual molestaba un poco” recordaba entre risas. Con el paso de los años adquirió un piso más grande, gracias a la venta de acciones de un banco. Con un entorno más adecuado pudo atender a los pacientes que acudían a su consulta. Cuando se jubiló decidió donar todo el material.

Se convirtió en donostiarra de adopción al casarse con Clara Damborenea a los 38 años, de cuya relación nacieron cinco hijos e hijas. No es el único médico en la familia, ya que la familia Zubeldia contó previamente con el doctor Francisco Zubeldia, tío del doctor José María. Además de ellos, cuenta con una hija médico y otra enfermera. Se instaló en San Sebastian y trabajó en el ambulatorio de la avenida de navarra. 

A los 70 años decide que es hora de jubilarse después de tantos años dedicados en cuerpo y alma a su profesión, dejando un gran recuerdo entre sus pacientes. Ha sido capaz de compaginar la dedicación a su profesión y a su familia con un amplio y variado abanico de aficiones: deporte de todo tipo y a todas horas, seguidor incansable de la Real Sociedad en sus desplazamientos europeos y asistiendo al campo de fútbol hasta hace tres años.

A pesar de estar jubilado, acudía a diferentes conferencias para seguir formado e informado sobre los diferentes avances y novedades de la medicina. Incluso “acudía a mesas redondas que impartía el Doctor Carlos Elósegui en el hospital Donostia”.      

Durante estos años ha dedicado mucho de su tiempo a la lectura y al cine. Según nos cuentan le gusta seguir de cerca cualquier novedad de la ciudad, ya sea un nuevo pintxo, un restaurante, una exposición o incluso devorar el Diario Vasco.

El doctor Zubeldia lo tiene claro, si tuviera que elegir ahora mismo a qué dedicar su vida, volvería a estudiar medicina. También realizaría la misma especialidad, aunque reconoce que “los tiempos han cambiado y la ciencia ha avanzado mucho”. Y añade “entonces, cuando yo trabajaba no había la maquinaria con la que cuentan ahora”.  

El pasado mes de junio el Colegio recibía a los Médicos Internos de primer año para darles la bienvenida en esta nueva etapa que ya han comenzado. Si tuviera que darles un consejo, el doctor Zubeldia les anima a “ser constantes y a cumplir los horarios”.  Recuerda que cuando él trabajaba era impecable en su puntualidad. “Si las consultas comenzaban a las cinco de la tarde, yo llegaba media hora antes para poder tenerlo todo bien preparado”. Quería curarse en salud, porque por aquellos años ya existían los problemas de tráfico que hacían que llegaras mucho más tarde de un sitio a otro.

El Presidente del Colegio de Médicos, el doctor Manuel García Bengoechea, no quiso perder la oportunidad de acercarse a saludar al doctor Zubeldia. Ambos médicos y ambos especialistas en digestivo. Zubeldia reconocía que “el sistema sanitario ha mejorado mucho, ahora hay muchos más medios que antes”.

Con gran orgullo habla de su familia, compuesta por 35 miembros. De su matrimonio con Clara Damborenea, tuvieron cinco hijos e hijas, de los cuales nacieron doce nietos y cuenta ya con tres biznietas, más otras dos en camino.

Su cumpleaños lo celebró el pasado día 20 con gran ilusión y rodeado por una gran familia que sigue creciendo, aunque con la sentida ausencia de su querida Clara fallecida hace tres años. Como nos señalan sus familiares, mediante un emocionante discurso el doctor reconocía que aunque ha llegado a los 100 años, ya ha solicitado una prórroga y espera poder seguir celebrando su cumpleaños muchos años más. El doctor Zubeldia nos afirmaba que está muy contento y viviendo día a día la vida, y explica que a excepción de la lesión de su rodilla debido a una caída, goza de muy buena salud.

Desde el Colegio de Médicos de Gipuzkoa queremos agradecerle su simpatía y dedicación. Zorionak!

Doctor Francisco Zubeldia

Años después de que el doctor Jose María Zubeldia realizase la especialización, se enteró que en ese mismo Hospital, su tío el doctor Francisco Zubeldia, realizó también la especialización en aparato digestivo. Posteriormente trabajó en Berastegi y puso su consulta en Tolosa.

En 1918 Gipuzkoa sufrió una pandemia gripal causando una gran cantidad de muertos. Entre ellos, el doctor Francisco Zubeldia con tan solo 29 años. A finales de ese mismo año, la revista del Colegio, Guipúzcoa Médica, recogía entre sus líneas la triste noticia y destacaba en ella que los médicos facultativos fallecieron por bronconeumonía en su práctica diaria contra la gripe.