TDH-Gizakien lurra. Una segunda oportunidad
ReportajesLa Fundación TDH-Gizakien Lurra lleva casi 20 años trabajando por los derechos de los niños y niñas, en los ámbitos de lo social y de la salud, con el proyecto Atención Médicas especializadas – Programa Viaje hacia la Vida. El proyecto recibió el pasado 21 de octubre una de las ayudas a la cooperación otorgadas por la Fundación del Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa a distintas organizaciones. Parte del equipo de voluntarios y voluntarias de la Fundación nos recibió en su local en Donostia y pudimos conocer de primera mano cómo funcionan.
TDH – Gizakien Lurra fundazioak milaka haur babestu eta beraien bizi baldintzak hobetu nahian lan egiten dute. 1997an sortu zen Gipuzkoan, hezkuntza eta sentsibilizazio ekintzen bidez, giza eskubideen, osasunaren eta hezkuntzaren inguruko nazioarteko kooperazio proiektuak burutzen dituztelarik. Osasunaren Bidaia proiektua gaixotasun sendagarria duten afrikar haurrei zuzenduta dago. Batez ere, baliabide eskasa duten afrikar familiei. Boluntarioen lana oinarrizkoa da bertako lana aurrera ateratzeko.
La principal premisa por la que trabaja la Fundación TDH – Gizakien Lurra es por la defensa de los derechos de la infancia. Desarrollan diferentes actividades en los ámbitos de la cooperación, educación y atención médicas especializadas. Centrados especialmente en esta última actividad, bajó el programa Viaje hacia la vida, acercan a niños y niñas principalmente de Benin, Guinea, Conakry, Mauritania, Senegal o togo, para ofrecerles atención médica especializada, ya que las infraestructuras con las que cuentan en sus países son inexistentes o escasas. Desde cooperación para el desarrollo llevan a cabo más de 100 proyectos centrados en la infancia más desfavorecida, sus familias y comunidades. Las actividades centradas en la educación para el desarrollo, son de vital importancia para sensibilizar a la sociedad, en concreto, la sensibilización de los niños y niñas, y jóvenes.
Viaje hacia la vida
Mediante el proyecto se pretende dar una alternativa a aquellos niños y niñas que no cuenten con una atención médica por falta de infraestructura, medios técnicos o medios humanos. Cuentan con una red solidaria formada por profesionales competentes y personas voluntarias, dedicadas a buscar una solución a niños y niñas con enfermedades graves que no tengan atención adecuada en su país.
Uno de los objetivos a largo plazo es que los centros situados en cada país no dependan de la ayuda internacional, pero para determinadas patologías la única solución se presenta trasladando a los niños y niñas y que sean intervenidas aquí. Para ello las diferentes delegaciones de Tierra de hombres valoran y estudian cada expediente de los niños y niñas, y eligen en base a tres premisas: en función de la gravedad, de la mejora prevista a corto plazo y de la evolución del paciente una vez haya retornado a su país. Cuando el expediente médico llega a la delegación de Euskadi, estos son los que deciden, según la patología, a que equipo de especialistas debe ser derivado y qué médico será quien le trate.
Trasladar a menores a Europa requiere una serie de trámites oficiales de los cuales TDH-Gizkien Lurra se encarga de realizar. Una vez solucionados todos ellos, comienza el traslado del niño o niña sin compañía de ningún familiar. Este momento no es nada fácil ni para los familiares ni para el menor, pero gracias a ONGs como Aviaciones sin fronteras y a una cadena de personas solidarias y voluntarias, el niño o niña nunca estará solo. Aviación sin fronteras es una organización que se encarga de forma voluntaria de trasladar a los niños y niñas desde su país de origen a Euskadi (en este caso).
La aventura para estos niños y niñas continua una vez llegados a tierra. TDH-Gizakien Lurra, junto con la familia de acogida y de apoyo, recogerán al menor y durante los primeros días lo llevarán al centro sanitario para realizar una primera valoración. Sin duda la labor de estos médicos voluntarios es de vital importancia también, ya que de forma altruista llevarán a cabo el proceso de mejora del menor. Médicos como el doctor Javier Martín han tratado en numerosas ocasiones a estos niños y niñas que se han beneficiado del programa de ayuda. Tras la operación, el niño o niña se recuperará con su familia de acogida.
Si de algo se nutre TDH-Gizakien Lurra es de un equipo magnífico de voluntariado que apoya a la familia acogedora en el proceso de intervención del menor, realizando turnos en el hospital y apoyando en la gestión administrativa necesaria. Por otra parte, desarrollan numerosas actividades y eventos con el objetivo de recaudar fondos para llevar a cabo estos proyectos, como por ejemplo realizando el mercadillo solidario. Recientemente, con motivo del 20 aniversario que celebran el próximo año, han hecho un calendario con los amigos de Irrien Lagunak Kluba y los menores que vienen con el proyecto Viaje hacia la vida. En el calendario han colaborado desinteresadamente Irrien Lagunak Kluba, Bizipoza Elkartea, Leitzaran Grafikak, fotógrafas (Carmen López de Turiso, Ana Olaizola y Josetxo Perez) y voluntariado de Gizakien Lurra. El dinero recaudado irá íntegro al programa Viaje hacia la vida y lo podéis conseguir escribiendo a gizakienlurra@gmail.com.
A lo largo de la estancia en Euskadi, las familias de los menores permanecen en todo momento informadas de la evolución y situación del menor, reciben fotos, informes médicos y cartas de los niños y niñas. Cuando el médico decide darles el alta, el menor retorna a su país con un informe médico detallado para que pueda ser tratado allí. Desde las delegaciones de Terres des Hommes en los países de origen, se encargan de mandar un informe del progreso del menor. De esta forma, las familias de acogida en Euskadi y las familias biológicas están informadas de cómo está el niño o la niña, para mayor tranquilidad de todos ellos.
Dos preciosos ejemplos
Soumaya y Fanta son dos niñas que llegaron hace unos meses a Gipuzkoa en busca de una nueva oportunidad. Tuvieron la suerte de alojarse en casas de dos familias de acogida que se han volcado en el cuidado de las pequeñas y contaban con la compañía y apoyo de un grupo de voluntarios y voluntarias que en todo momento han acompañado tanto a las familias como a las menores.
La primera en llegar fue Fanta. El 2 de febrero de 2016 aterrizaba en el aeropuerto de Loiu la pequeña, cuyo avión llegaba desde Dakar. Al aeropuerto se acercó la familia acogedora, además de amigos y amigas de la Fundación que recibieron con los brazos abiertos a Fanta. No debe ser fácil desprenderte temporalmente de tu familia, de tu vida y llegar a un lugar completamente diferente con gente que no conoces. Lo bueno, la gente que le esperaba en el aeropuerto.
Fanta vino a Euskadi para ser tratada por una anquilosis mandibular. El 27 de abril el Dr Javier Martín, junto al equipo de Cirugía Máxilofacial del Hospital Donostia, operó a la pequeña de la anquilosis mandibular. Tanto la operación, como el proceso de curación fueron un éxito. Aunque el transcurso de la rehabilitación de la boca es un proceso duro, con la magnífica ayuda y compañía con la que contaba Fanta, junto con su fuerza, ha conseguido supéralo sin problema. Fanta cumplió los 8 años lejos de su casa, pero muy bien rodeada junto a sus nuevos amigos y amigas y su familia acogedora.
Soumaya, con tan solo 3 años, llegó el 17 de marzo desde Benin al aeropuerto de Loiu para ser operada por una fístula perianal en el Hospital Universitario de Cruces. A pesar de ser operada en Bizkaia, Soumaya durante todos estos meses ha estado viviendo con su familia acogedora en Hondarribia, Gipuzkoa. El 9 de mayo fue operada en Cruces por el doctor Eduardo Ruiz Aja y su equipo, de un problema colorrectal. La operación fue larga, pero todo salió bajo lo previsto. Después de pasar diez días ingresada en el hospital, regresó a su hogar de acogida para recuperarse.
Es una maravilla ver cómo estas niñas son atendidas por gente tan generosa que colabora con TDH-Gizakien Lurra. Una vez finalizado el proceso de recuperación, es de suponer que tener que despedirse de las pequeñas debe ser un momento duro, pero también satisfactorio al ver que la menor vuelve a su casa prácticamente recuperada.
Mirando el presente y el futuro
Desde la Fundación subrayan la necesidad de contar con familias de acogida, lo cual supone un gran esfuerzo y dedicación, ya que deben disponer de tiempo para acudir a las consultas y a las operaciones. Además, materialmente es necesario financiar toda esta gestión porque cada caso tratado supone una gran inversión económica. En Gipuzkoa cuentan con cerca de 50 personas voluntarias que forman parte de la Fundación.
Acoger a una pequeña como Fanta o Soumaya, “es una gran satisfacción, porque siempre se recibe más de lo que se da” nos contaba Isabel Vaquero. “Hay una gran dedicación, pero también mucha recompensa de saber que estos niños tienen una segunda oportunidad en sus vidas”.
Se trata de una gran experiencia para cualquiera, pero para los niños y niñas de aquí les aporta una visión de otras realidades muy diferentes a las que ellos conocen. Es una manera de fomentar los valores de colaboración cooperando sin moverse de aquí. “Estos niños y niñas que vienen de África son felices con cualquier cosa, pese a sus problemas; dan una gran lección de valentía y dignidad”
Quien quiera colaborar con esta fundación ya sea como familia de acogida, desarrollando actividades junto a la asociación o ayudando económicamente... lo puede hacer entrando en su página web www.tdh-gizakienlurra.org o mediante Deleg.euskadi@tierradehombres.org
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