Medikuen Ahotsa

Banca y medicina

Firma invitada

 

 

Juan José Etxeberria

fundador y miembro del Consejo de Administración de Bankoa

 

¿Qué puede decirse de la banca en una publicación dedicada a la medicina? Como máximo (pensaría alguien) históricamente pueden tener en común el concepto de sanguijuela, aquel remedio médico de amplio espectro utilizado en tiempos pretéritos (dicen que aplicado todavía en ocasiones) y paralelamente, aquella imagen de los entonces apodados "chupatintas de chaquetilla azul Mahón-Bergara" considerados como metamorfoseadas sanguijuelas a tenor de su capacidad para succionar con el mayor interés posible a los sufridos solicitantes de crédito.

Al margen del comentario anecdótico con el que se abre este "suelto", hay que decir con toda sencillez que la banca (ahora con vestimenta "casual") atraviesa una época más compleja que las ha que ha vivido en décadas pasadas. No es solo la digitalización la que motiva esta complejidad; es el papel que corresponde cumplir a la banca lo que está en cuestión. Por ello, hay que recordar que la auténtica misión de la banca –y por ende de quienes en ella trabajan- es coadyuvar al desarrollo y al progreso de la humanidad;  y hacerlo siguiendo al paso de la economía, influyendo en ella y consecuentemente también en la Sociedad. Queda lejos -ya casi para la leyenda- la imagen del banquero de monóculo y chistera, tradicional heredero del que celebraba sus tratos en la plaza del pueblo, apoyado en un banco de madera, quien, si el negocio le salía rana -porque el prestatario resultaba ser más avispado y sinvergüenza aún que el prestamista- quebraba el banco a mazazos; y así, cuando el confiado depositante se acercaba a disponer de su dinero se encontraba con que el banquero se había esfumado y su banco estaba destrozado: era la "bancarrota", el Lehman Brothers de los viejos tiempos…

La medicina cuida de la salud, persigue el equilibrio del organismo humano y su armonía. La banca debiera hacer lo mismo con el sistema financiero que es la sangre del organismo económico. Su función es procurar que la financiación fluya correctamente por el entramado económico, en cantidad suficiente pero sin tensión excesiva; a veces harán falta transfusiones para reparar una anemia; otras, se precisará una dieta.

A nivel personal, el buen bancario debe asesorar a su cliente sobre el régimen financiero que entiende más conveniente para su bienestar presente y futuro. Si no se actúa con ese espíritu, una decisión mal adoptada puede causar daño. Cosa distinta es que en ocasiones la realidad no se corresponda con la previsión. Eso es inevitable.

El Colegio de Médicos de Gipuzkoa ha sido siempre una entidad considerada y apreciada por Bankoa, no ya o no solo por lo que en sí misma representa socialmente, sino también por haber sido un cliente fiel que ha confiado en la palabra y en la actuación de los profesionales de nuestro banco, pequeño pero sólido, cercano y flexible. ¿Hemos sido capaces de dar a sus miembros colegiados los servicios y la atención que nos han demandado históricamente? Nos gustaría que la respuesta fuera afirmativa. Y en cualquier caso deseamos que cada uno, cada una de sus componentes sepa que tiene también en cada uno y cada una de las personas de Bankoa una aliada que pondrá a su disposición su capacidad para establecer un diagnóstico financiero contrastado con un equipo que se precia de pensar en el cliente antes que en sí mismo; porque ese equipo (y cuantas personas lo integran) está convencido de que pensar en el cliente es la única forma de justificar y conseguir la salud del banco.

En todo caso, en la medicina como en la banca,  sí queremos reivindicar que la ética debiera ser una constante que se escribirá en lenguajes diferentes pero que tendrá una misma lectura, que es el bien de la persona.

Juan José Etxeberria, fundador y miembro del Consejo de Administración de Bankoa