José Luis Munoa Roiz: médico humanista, dinamizador cultural y donostiarra
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Por el dr. Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi
A los 92 años ha fallecido el doctor José Luis Munoa Roiz, médico oftalmólogo, quién, además de su actividad sanitaria, ha tenido una implicación directa en la vida social y cultural de San Sebastián.
Tras la realización de la especialidad de oftalmología y su estancia formativa en Estados Unidos, volvió a nuestra ciudad y comenzó a participar en las actividades culturales, sociales y científicas que en ella se desarrollaban.
Entre los años 1959 y 1961 fue presidente de la Asociación Artística de Guipúzcoa, dándole un nuevo aire a la institución y, con la ayuda de José Ramón Recalde, Luis Martín-Santos y Enrique Múgica, desde esta asociación ofrecieron una serie de charlas seguidas de coloquio público que supusieron una revolución en la ciudad. Quiso trasladar la experiencia que había conocido en el Ateneo de Madrid a nuestra ciudad. Al día siguiente de las conferencias-coloquio, el doctor Munoa era citado en el Gobierno Civil e interrogado sobre los temas tratados. El Gobernador Civil de entonces, José María del Moral, tenía una cierta consideración con el Dr. Munoa, ya que la persona que le interrogaba era el secretario, Sr. Jaén. De todas formas, por una confidencia de un trabajador del Gobierno Civil al que trató en su consulta, el Dr. Munoa supo que su ficha policial era bastante voluminosa: “Menuda ficha tiene usted”, le dijo.
En una ocasión le dijeron que no se podía hablar de política y la respuesta del Dr. Munoa fue: “Los actos que se desarrollan tienen una incidencia política, pero no son estrictamente políticos. Además, todo problema cultural tiene que tener cabida en la Asociación, ya que una Asociación Artística que solo se dedique a pintar únicamente puede concebirse en una país de mudos”.
Tuvo, incluso, una participación directa en la vida política de la ciudad, al ser uno de los candidatos, por el tercio de familia, en las elecciones que se celebraron el 27 de noviembre de 1960, única elección directa que se realizaba en la España de Franco. La candidatura formada por Echevarren, Munoa, Pidal y Santa Cruz supuso, según sus palabras, “supuso un primer intento de movilizar las fuerzas políticas a nivel municipal. Hasta entonces había elecciones, pero nadie sabía el programa de los candidatos. El programa que nosotros presentamos era muy posibilista y al valorarlo hay que tener en cuenta el escaso margen de maniobra y las ideologías representadas en la candidatura, derecha monárquica en Pidal, nacionalismo cristiano en Santa Cruz y la liberal que yo representaba”. Echevarren fue elegido, aunque el hecho de que fuera el médico de la Real Sociedad pudo ser un factor determinante.
Pero su actividad más duradera en el tiempo fue la dirección de las Jornadas Internacionales de Cine Médico, creadas en 1968, con el apoyo del Festival de Cine. Éstas tuvieron en sus primeros años de existencia una gran repercusión social. Así, el estreno en España de “Helga, el nacimiento de una vida” el primer año fue muy destacado. En la película había algunas escenas que “herían” la moralidad de la época. Ya desde el inicio se marcó la dimensión social, además de científica, de las Jornadas y la presencia, en la segunda edición, del Dr. Barnard, el cirujano que realizó el primer trasplante de corazón en el mundo fue uno de los hechos más destacables.
Tuvieron momentos álgidos, como la presencia de la Dra. Aslan, inventora del “Gerovital”, producto presuntamente rejuvenecedor y a cuya clínica en Rumanía acudían personalidades y celebridades de todo el mundo y la del ciclo de películas sobre sexualidad de Oswalk Kolle, como “Tu mujer, esa desconocida” o “Tu hijo, ese desconocido”. La librería “Internacional” se llenó de personas que querían que el autor les firmara un ejemplar y los cines Trueba tenían largas colas para ver las novedosas películas.
Finalmente, la falta de financiación llevó al cierre de las mismas en el año 1992, tras 22 ediciones. Sería injusto no recordar, además de al Dr. Munoa, a sus más íntimos colaboradores, los doctores Rivera, Angoso y Gastaminza, que le acompañan en esta imagen.
Yo conocí por primera vez al doctor Munoa en estas Jornadas, a las que los estudiantes de Medicina acudíamos con gran interés, ya que podíamos ver aspectos de la profesión que no se trataban en las facultades.
El Dr. Munoa también impulsó la refundación en 1979 del Rotary Club de San Sebastián, junto con Carlos Niessen. Este Club donostiarra, había sido creado en 1926 y su primer presidente fue el eminente tisiólogo, Dr. Eizaguirre, presidente del Colegio de Médicos entre 1934 y 1936. El Dr. Munoa fue nombrado presidente de honor del Rotary Club de San Sebastián y en 2013 recibió un homenaje de sus compañeros.
También participó activamente en Eusko-Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos y en la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Esta última realizó un homenaje en 2012 a los dos hermanos Munoa, José Luis y Rafael , en reconocimiento su labor en favor de la cultura vasca.
Como reconocimiento a todas estas actividades culturales la ciudad de San Sebastián le concedió la “Medalla al mérito ciudadano” en 1992.
En su vertiente médica, dirigió la “Academia Médico-Quirúrgica” del Colegio de Médicos de Guipúzcoa. En su doble función de Presidente de las Jornadas de Cine Médico y de la Academia Médico-Quirúrgica tuvo la fortuna de poder entregar al eminente oftalmólogo Dr. Castroviejo la placa conmemorativa de su nombramiento como presidente de honor de esa entidad del Colegio de Médicos de Gipuzkoa el año 1969, dándose la circunstancia de que ese mismo doctor recibió también el premio del Jurado Internacional de las Jornadas por su película sobre la “Prostoqueratoplastia” de manos del renombrado cirujano Dr. Barnard.
En los años 70, cuando nuestra ciudad comenzó a contar con una Unidad Docente de Medicina, fue profesor de las asignaturas de Oftalmología y de Historia de la Medicina.
En esta segunda disciplina tuve la suerte de que me dirigiera la tesis doctoral sobre la “Biografía de Luis Martín-Santos”, lo que me permitió intimar con él, ser su discípulo y tener una relación de amistad y admiración que ha durado más de 30 años.
Yo acudía casi semanalmente a su consulta de la calle Hernani y, cuando todos los pacientes habían sido atendidos, entraba yo con mis hojas para su revisión, disfrutando a la vez de sus comentarios y valoraciones. Años más tarde, compartimos ponencias sobre la obra y figura de Martín-Santos, como la celebrada en Madrid titulada “Luis Martín-Santos, Psiquiatría y Cultura en España en un Tiempo de Silencio” o la celebrada en San Sebastián y organizada por la Universidad del País Vasco bajo el título “Luis Martín-Santos y San Sebastián, en el 30 aniversario de su fallecimiento”. Pero no sólo era Martín-Santos lo que no unía. En la conmemoración del centenario de la muerte de José Rizal, oftalmólogo, escritor y libertador filipino, me dijo: “Pedro, o le hacemos un homenaje nosotros o no le hace nadie” y así, él habló con gran erudición sobre el tema “Medicina, Humanismo y Política en el Dr. Rizal”. Yo me limité a establecer un paralelismo, en ocasiones con alguna divergencia entre las figuras de Rizal y Martín-Santos, ambos médicos, políticos y perseguidos, dándose la circunstancia de que el primero fue fusilado y el donostiarra tuvo que pisar la cárcel en cuatro ocasiones.
También el repaso de la historia de las Jornadas de Cine Médico nos unió. Su desinteresada colaboración y la de su familia fue esencial para recoger el material que utilicé para la presentación de mi Lección de Ingreso en la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País “Ciencia, Cultura y Sociedad en las Jornadas Internacionales de Cine Médico de San Sebastián”, que fue, en alguna medida, un pequeño homenaje al Dr. Munoa.
Además de profesor de Oftalmología y de Historia de la Medicina, a partir de 1991, fue profesor de Ética y Deontología Médica en el Instituto de Criminología de la UPV/EHU-San Sebastián.
En el campo de la oftalmología, habría otras personas que podrían hablar más extensamente de su labor. Comenzó su carrera con una tesis doctoral sobre la Historia de la Oftalmología española contemporánea, dirigida por el profesor Luis Sánchez Granjel. Tras su paso por el St. Clare's Hospital de Nueva York y su regreso a nuestra ciudad, ocupó los cargos de Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital de la Cruz Roja, entre los años 1970 y 1975, Jefe del Servicio de Oftalmología de la Residencia Nuestra Señora de Aránzazu (Hospital Donostia) entre los años 1975 y 1985 y Jefe de los Servicios Oftalmológicos de la Policlínica Gipuzkoa, desde su creación.
Es autor de más de 50 publicaciones especializadas (libros, capítulos de libros y artículos), además de numerosas ponencias en congresos de su especialidad, entre las que cabe destacar los libros “Traumatología de la región orbitaria (1984)” y “Estrés y Visión (1997)”. Por todo ello, ha recibido el reconocimiento de sus colegas, como los premios nacionales “Dr. Arruga” y "Dr. Castroviejo” y en 2003 recibió la Cruz Sencilla de la Orden Civil de Sanidad, a propuesta del Gobierno Vasco en reconocimiento a toda su labor profesional, orientada a mejorar la calidad de vida de las personas.
El fallecimiento del Dr. Munoa es una gran pérdida humana para todos los que le conocimos y estimamos y una gran pérdida para la vida médica y cultural de la ciudad de San Sebastián.
En el Diario Vasco, recordando su afición por los relojes, han realizado una viñeta con su imagen que cierra este sentido homenaje a un gran médico y, sobre todo, una gran persona.
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Dr. Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi