Medikuen Ahotsa

Las recomendaciones del Hasting Center

Comisión de deontología
2016 Abri / Apirila
 
Enrique Arriola Manchola, Geriatra. Matia Fundazioa. Miembro de la Comisión Deontológico

El progreso de la ciencia médica y la biotecnología y el aumento de las nece­sidades humanas y de sus deseos unido a la escasez de recursos para satisfacerlas han producido un cambio radical que obliga a pensar de nuevo si entendemos la medici­na en sus justos términos.

Puesto que la condición humana es inseparable de la enfermedad, el do­lor, el sufrimiento y, por fin, la muer­te, una práctica médica adecuada a dicha condición ha de empezar por aceptar la finitud humana y enseñar o ayudar a vivir en ella.

Los fines tradicionales de la medi­cina han sido:

1.- Salvar y prolongar la vida.

2.- Promoción y la conser­vación de la salud.

3.- El alivio del dolor y el sufrimiento.

Sin embargo, los deseos de la po­blación han provocado que surjan demandas fuera de estos fines tra­dicionales y los valores han cam­biado. Hoy, por ejemplo, el mante­nimiento de la vida ya no es un fin absoluto y está supeditado a los de­seos y a las voluntades anticipadas de los pacientes (principio de au­tonomía). Hay quien entiende que todo lo que hacen los médicos es medicina, sin embargo no toda in­tervención que requiera de conoci­mientos médicos con procedimien­tos biológicos e incluso invasivos, es medicina. Puede tratarse de una intervención biológica en el cuerpo humano que puede no esté dirigida a la terapéutica ni al diagnóstico de una enfermedad sino dirigida sim­plemente a la estética. No siempre que estemos utilizando medios biológicos en el cuerpo humano es­tamos practicando medicina.

No es como decía François Mitte­rrand cuando en el ocaso del mar­xismo le preguntaron qué era ahora el socialismo y él respondió: “SO­CIALISMO ES TODO AQUELLO QUE HACEN LOS SOCIALISTAS”. ¡¡Toma ya!! . Quiero entender que nunca deberíamos extrapolar esta cuestión. En medicina desde luego no es así y creo que debemos ha­cer entre todos y por consenso que nunca sea así. La medicina es un bien cultural que tiene que procu­rar ser fiel a sí misma y mantenerse como algo viable y sostenible (la salud no tiene precio pero sí coste), no dejarse arrastrar por un desarro­llo tecnológico imparable. Su ám­bito propio “es el bien del cuerpo y de la mente, y no el bien completo de la persona, al que sólo puede contribuir como un factor más, e incluso en ese caso, únicamente en determinados aspectos de la vida”.

El desarrollo tecnológico y científi­co ha hecho que pacientes que hace 50 años habrían fallecido hoy no lo hacen: respiración asistida, cirugía cardíaca, diálisis..

Pero por otra parte la capacidad de la medicina para mantener con vida cuerpos gravemente enfermos, incluso cuando la salud se ha per­dido irreversiblemente, puede pro­vocar el dilema moral de si se debe o no suspender el tratamiento. La Medicina se verá inevitablemente influida por los valores y fines de las sociedades de las cuales forme parte, pero esto no implica que sus propios valores puedan o deban so­meterse a los mismos, la salida es el punto intermedio manteniéndolos en una tensión que resulte prove­chosa. La sociedad, por su parte, deberá decidir el tipo y la cantidad de recursos sociales y económi­cos que pondrá a disposición de la medicina. Para ello, habrá de de­terminar el peso relativo que se le otorgarán a las necesidades médi­cas y sanitarias frente a otros bienes esenciales, como los sistemas de vivienda, defensa, educación, em­pleo y transporte. Diferentes aspec­tos han sido desarrollados anterior­mente en este trabajo que justifican una lectura de cuáles son los verda­deros objetivos de la medicina.

Para la realización de este trabajo inmenso The Hastings Center de Nueva York convocó a un equipo de estudiosos internacionales para el estudio de los fines de la Medi­cina. Además, recibió la asistencia de varios funcionarios de la Orga­nización Mundial de la Salud, quie­nes pusieron a su disposición sus ideas y conocimientos expertos en cuestiones de salud internacional. Los países participantes fueron: Alemania, Chile, China, Dinamar­ca, España, Estados Unidos, Ho­landa, Hungría, Indonesia, Italia, el Reino Unido, la República Che­ca, la República Eslovaca y Suecia. La conferencia de Estados Unidos, celebrada en Detroit en la prima­vera de 1995, sirvió para presentar el tema al público estadounidense. Con demasiada frecuencia parece darse por supuesto que los fines de la medicina son obvios y se sobre­entienden, y que sólo es necesario aplicarlos con sensatez.

Una década ha pasado desde que el Proyecto Internacional del Hasting Center reuniera en Nueva York a un nutrido grupo de expertos para re­flexionar sobre los fines de la medi­cina actual (1). Ver TABLA 1.

En la toma de decisiones debe con­tar la finalidad y los objetivos que nos planteamos con los pacientes y con los fines de la medicina, pero de forma genérica desgraciada­mente nos hemos centrado quizás en exceso en los medios. La aten­ción de nuestros mayores tiene tres excepcionalidades (2) Ver TABLA 2. Una vez definen los fines legítimos de la medicina describen las cues­tiones que no son medicina aunque requieran conocimientos médico/biológicos. Los definen como fines erróneos de forma genérica, unos serán inaceptables (moralmente condenables), otros aceptables y otros aceptables en determinadas circunstancias. Ver TABLA 3.

Esta realidad fuerza que tengamos que plantearnos en el futuro cómo vamos a priorizar los gastos, en este momento no nos decidimos a ex­presar de forma clara cómo vamos a realizar el reparto de recursos.

Todavía estamos en la fase de “es que lo médicos gastan mucho”. De acuerdo, quizás los médicos deba­mos dejar de decidir “en solitario” con los enfermos y familiares y que la sociedad o sus representantes decidan esta cuestión y definan los límites éticos y posibles económica­mente de la atención sociosanitaria y de otros aspectos. Las decisiones serán difíciles y costosas para todos pero aclararán la situación y tran­quilizarán a los profesionales.

En el futuro la medicina debería aspirar a:

• Ser honorable y dirigir su propia vida profesional (pero receptiva con la sociedad).

• Ser moderada y prudente (enten­diendo la finitud de los seres hu­manos).

• Ser asequible y económicamente sostenible (adaptándose a las dife­rentes realidades económicas).

• Ser socialmente sensible y plu­ralista (en relación con diferentes culturas y en su interpretación de la salud y la enfermedad).

• Ser justa y equitativa.

• Respetar las opciones y la digni­dad de las personas.

Tabla 1

LOS FINES DE LA MEDICINA. THE HASTING CENTER
1.- PREVENCIÓN de la enfermedad y las lesiones, promoción y mantenimiento de la salud.
2.- ALIVIO DEL DOLOR y el sufrimiento causado por la enfermedad.
3.- LA ASISTENCIA y curación de los enfermos y el cuidado de los que no pueden ser curados.
4.- LA EVITACIÓN de la muerte prematura y velar por una muerte en paz.

 

Tabla 2

EXCEPCIONALIDADES DE LA ATENCIÓN GERIÁTRICA
1.- La naturaleza endémica de sus enfermedades y al alargar la vida alargar la evolución de las enfermedades crónicas.
2.- El llamativo numero de personas mayores enfermas.
3.- La necesidad de realizar elecciones morales difíciles en la asistencia en particular en personas incompetentes y gravemente incapacitadas.

 

Tabla 3

LOS FINES ERRONEOS
INACEPTABLES: • La tortura • Causar dolor • Provocar miedo para controlar • Participación en la pena de muerte • Investigación en humanos sin consentimiento • Eutanasia y suicidio asistido (en debate en algunas sociedades) ACEPTABLES: • Cirugia Estética (con excepciones)* • Medicina Forense • Tecnicas de planificación familiar (¡ojo! intervienen las creencias/valores) • Reconocimiento psiquiátrico para conocer responsabilidad penal. • Técnicas de ADN y fluidos corporales para identificación ** • Drogas para mejorar la naturaleza humana y sus rendimientos (con límites)***.

Notas: * Una cosa es la cirugía de reconstrucción y de malformaciones y otra la extravagancia de determinados clientes. ** Podemos conocer si un embrión no es viable por una enfermedad genética a través de los fluidos. Además se puede saber el sexo del feto para interrumpir un embarazo. ***No hay consenso todavía para definir lo que se consideraría una mejora. En determinadas ocasiones (por ej. en atletas) es ilegal.

BIBLIOGRAFÍA

1.- Los fines de la Medicina. El Establecimiento de unas nuevas Prioridades. Proyecto Internacional del Hasting Center. Ed. Fundación Grifols. Barcelona 2004.

2.- Ross D. Lo Correcto y lo Bueno. Editorial Sígueme. Salamanca. 1994

Enrique Arriola Manchola