Pandemia y MIR: resultados de la encuesta a residentes de Gipuzkoa
ReportajesAntes de finalizar el año, nuestra compañera y vocal colegial de médicos jóvenes Xanthe Luna Harvey impulsó una encuesta online desde el Colegio dirigida a los residentes del territorio, para conocer de primera mano cómo está afectando la COVID-19 a su formación y a sus condiciones tanto laborales como personales.
La encuesta contenía preguntas tanto cerradas (con respuestas tipo escala, por ejemplo) como abiertas, a fin de que las y los residentes pudieran redactar sus experiencias y vivencias y aunque contenía preguntas genéricas, también se dividía por bloques de preguntas según el año de residencia.
En total, respondieron a la encuesta 63 personas, que se dividen de esta forma:
Residentes de primer año
El 80% de los encuestados en esta franja no ha podido trabajar de R0 durante la pandemia y tan sólo lo ha hecho un 20%. La mayoría ha vivido la espera para incorporarse y/o elegir especialidad con “bastante ansiedad, dudas y sobre todo incertidumbre” aunque todo ello, dicen, apenas ha influido en la decisión de escoger especialidad.
Por otro lado, para aquellos que sí se incorporaron, el contexto COVID-19 ha supuesto, por un lado, “inseguridad”, “estrés”, “preocupación” y “tristeza”, además de la posibilidad de “contagio propio y de contagio a los demás”. Por otro lado, hay quien resalta que “ha sido también una forma de sentirme útil y una vía de escape al confinamiento de marzo”. Otra persona, en la misma línea, dice “sentirse agradecida” de haber podido trabajar como residente durante la pandemia”.
En cuanto a cómo ha afectado la pandemia a su formación, casi el total de las y los residentes responde que ha afectado negativamente y citan, como ejemplo, la falta de comunicación con los pacientes (sobre todo en AP), la falta de actividad quirúrgica, el poco tiempo para ver y tratar otras patologías que no sean COVID, la falta de cursos y de congresos o la imposibilidad para la rotación externa.
Residentes de segundo, tercer y cuarto año
Las 44 personas encuestadas en esta franja están de acuerdo, en su mayoría, en que la pandemia ha afectado negativamente en su formación, aunque muchas personas destacan también alguna consecuencia positiva de la situación.
La mayoría ha echado en falta las consultas presenciales, ya que su suspensión conlleva, dicen, la pérdida de “ojo clínico”, de capacidad exploración y de relación con el paciente. Muchas personas indican, además, que se han visto suspendidas sus rotaciones, además de las sesiones, talleres y cursos habituales.
En cuanto a las consecuencias positivas que ha podido tener la pandemia en relación a su formación, varias personas destacan “haberse hecho más fuertes psicológicamente”, “haber aprendido a enfrentarme a situaciones límite” y “haber valorado muchísimo le trabajo en equipo”. También hay quien destaca que ha podido adoptar nuevos conocimientos sobre medicina preventiva, aparato respiratorio y sobre cómo afrontar una pandemia.
En cuanto al apoyo por parte de los responsables de formación, en lo que se refiere a su tutor o docente casi el 40% de los encuestados admite haberse sentido “muy apoyado” (un 5 en una escala del 1 al 5), aunque esta cifra cae considerablemente cuando se refiere a la Unidad Docente. A pesar de ello, la mayoría de los encuestados se ha sentido apoyado por ambas figuras, tal y como puede verse en el siguiente gráfico:
Finalmente, ante la pregunta de si han adquirido herramientas/habilidades para afrontar otras situaciones en la práctica habitual, la mayoría afirma que sí y enumera alguna, como: manejo de las urgencias, enfermedades contagiosas, patología respiratoria, comunicación con el paciente, autoprotección, búsqueda de evidencias y protocolos… Otras habilidades destacadas en la encuesta son: paciencia, compañerismo, empatía, humildad y aprender a priorizar.
Residentes de último año
En cuanto a los residentes de último año, casi el 70% de las personas encuestadas admite que su día a día ha cambiado en el contexto COVID-19, tal y como puede observarse en el gráfico.
Muchos de ellos explican el por qué aludiendo a cambios de funciones y de responsabilidades, explicando que todo se ha centrado en la COVID olvidando otras patologías y haciendo referencia a lo anteriormente comentado: la falta de formación, de rotaciones externas o la falta de consultas presenciales. Se citan, además, aspectos como el ambiente de estrés y ansiedad con el que se ha trabajado.
Ante la pregunta de si ha cambiado la motivación por terminar y empezar una nueva etapa como adjuntos, la mitad de las personas encuestadas expresa que poco o nada, aunque la otra mitad sí que ve afectada su motivación (un 22% bastante y otro 22% mucho). Ante las razones que les han llevado a ello comentan: preocupación por la carga asistencial, la desprotección que sienten como adjuntos, la valoración negativa por parte de la sociedad hacia los médicos de AP o las condiciones diarias de trabajo de AP.
Finalmente, un 65% de los encuestados admite que no han cambiado sus intenciones laborales debido a la situación, aunque entre los que dicen que sí, hay quien ya ha decido marcharse al extranjero e incluso quien ha decidido no trabajar más Osakidetza.
Relación con el Colegio
La encuesta terminaba con la siguiente pregunta: ¿Crees que el Colegio podría ayudarte de alguna manera? A lo que las personas encuestadas han respondido que, por un lado, les gustaría seguir recibiendo cursos de formación de diversas temáticas e incluso becas para asistir a congresos y cursos externos; por otro lado, algunas personas resaltan la importancia de que el Colegio les defienda en la lucha por sus derechos laborales, relacionados sobre todo con las guardias, la contratación temporal, etc.) y por último hay quien pide que el Colegio pelee por un mínimo de excelencia y dignidad de la profesión médica.
Para conocer de primera mano cómo está afectando la COVID-19 a su formación