Medikuen Ahotsa

¿Ramón no quiere saber?

Comité de Ética Asistencial

Mi primera cita de esta mañana era con Ramón, un paciente octogenario que viene siempre acompañado de su hija Lucía. Esta vez no ha sido así. Lucía se ha presentado sola, y me ha contado que hace 10 días tuvo que ir a Urgencias con su padre por una insuficiencia respiratoria aguda por embolia pulmonar y que, en el curso del ingreso, le han diagnosticado, como hallazgo, de un carcinoma de pulmón invasivo e inoperable y no susceptible de tratamiento curativo, con un pronóstico de vida de tan sólo unos meses. En el informe de alta se propone tratar a su padre con cuidados paliativos en el domicilio, y es por eso por lo que quería hablar conmigo. Pero esa no es la única razón. Una vez explicado en qué consistirían esos cuidados y cómo se realizarían, Lucía me ha informado de que ya han hablado los cuatro hermanos y todos están de acuerdo. Su padre no debe saber de su situación: ni la enfermedad ni su pronóstico. 

Me explica que su padre lo pasó muy mal cuando se quedó viudo, hace ya unos años. Pasó mucho tiempo sin querer salir, sin ganas ni ilusión por nada, y fue el nacimiento de sus nietos lo que le devolvió el ánimo. Creen que su padre no podría soportar la mala noticia, que volvería a hundirse, y consideran que es mucho mejor que pase sus últimos meses disfrutando de sus nietos y sus hijos, ajeno a lo que está ocurriendo.

Le explico que yo no puedo mentir a su padre, que tiene derecho a saber lo que le ocurre, y que, además, sufrirá un deterioro físico progresivo e irán surgiendo una serie de complicaciones a las que habrá que atender y que el paciente no entenderá si le decimos que "no pasa nada grave", por lo que terminará por perder la confianza en los sanitarios e incluso en la familia.

¿Debo hablar con mi paciente y decirle la verdad, o hacer caso a su familia y no decirle nada, evitando así el sufrimiento que le produciría conocer su situación?

Intento escuchar con atención los argumentos de Lucía y expresarle que entiendo su preocupación y su deseo de proteger a su padre. Considero además importante que entienda que tanto ellos, su familia, como yo, tenemos el mismo objetivo, y es que su padre sufra lo menos posible.

Me esfuerzo en tranquilizarle explicándole que, si al hablar con su padre, percibo que no desea información, no se la daré. Le diré a su padre “todo lo que quiera saber, pero sólo lo que quiera saber”, y que si quiere ella misma puede estar presente en la entrevista.

Le aseguro que se le informará con delicadeza, de forma paulatina y considerando en cada momento su estado emocional, y que se le facilitará, tanto a él como a su familia, apoyo especializado, si fuera necesario, conscientes de que el sufrimiento puede ser, a veces difícil de llevar. Si bien no se le dirá nada que no quiera saber, todo lo que se le diga será cierto, no se le va a mentir.

En definitiva, se trataría de transmitir que el fin que perseguimos todos es el bienestar de Ramón, en el ámbito de una relación asistencial colaborativa con y entre todos.

Comité de Ética Asistencial del Hospital Universitario Donostia