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Entrevista a Rafa Rotaeche y Kalliopi Vrotsou

Entrevistas

El pasado mes de abril personal investigador del Grupo de Investigación en Atención Primaria del Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia publicó un estudio sobre las variables sociodemográficas y clínicas más relevantes asociadas con la gravedad de COVID-19. Hemos entrevistado a dos de los autores: Rafa Rotaeche, médico de familia en el centro de salud de Alza y tutor de residentes y Kalliopi Vrotsou, bioestadística del Instituto Biodonostia. Ambos forman parte de la Unidad de Investigación en AP IIS Biodonostia desde la que se ha realizado este estudio.

Hablemos primero de esta Unidad. ¿Cuándo se crea y con qué objetivo?

Kalliopi: Nuestra unidad se creó en septiembre de 2011 con el objetivo de fortalecer la investigación en atención primaria en el área sanitaria de Gipuzkoa, ofreciendo apoyo metodológico y estadístico a los investigadores. Esta unidad la integramos personas de distintos ámbitos (medicina, enfermería, farmacia, geriatría, bioestadística, etc.), algo que creemos que es clave para una exitosa investigación.

Desde que nació la Unidad, hemos recorrido un camino muy fructífero. Hemos apoyado y/o liderado más de 40 proyectos de investigación, hemos publicado más de 70 artículos científicos y hemos creado redes de colaboración dentro y fuera del IIS Biodonostia.

¿Cómo surge la necesidad de este estudio que acabáis de publicar?

Rafa: Como todo estudio, surge de una necesidad de información. En mayo del 2020, pocos meses después de que estallara la pandemia, apenas disponíamos de datos, sólo alguna información que llegaba de China de reducidos grupos de infectados. Fue ese mismo mes cuando comenzamos a explotar los datos COVID-19 de la CAPV a través de las historias clínicas de Osakidetza, con el fin de disponer de datos locales y describir las características de las personas infectadas en nuestro entorno.

El objetivo principal era comprobar los diferentes perfiles de los individuos infectados y estudiar qué características podían condicionar su evolución tras la infección. Es decir, queríamos identificar aquellos factores que hacían que un paciente evolucionara peor y que necesitara ingresar en el hospital, en la UCI o que finalmente falleciera.

¿Cómo lo habéis llevado a cabo?  

Kalliopi: En primer lugar, establecimos 3 categorías: pacientes controlados sólo en atención primaria, ingresos en hospital o UCI y fallecidos. Definimos las variables que sería relevante estudiar (e.j. características de los infectados, patologías crónicas, consumo de medicaciones crónicas…) y definimos también ciertos criterios de exclusión: pacientes pediátricos o infectados de las residencias, por ejemplo.

Después, realizamos extracciones de datos anonimizados de las historias clínicas electrónicas de Osakidetza e hicimos una limpieza y recodificación de los mismos para adaptarlos a un formato apto para su análisis posterior. En esta fase también trabajamos con los síntomas de los infectados, pero en la mayoría de los casos dichos síntomas estaban recogidos en texto, por lo que su recodificación y análisis fueron muy complejos.

Fue un trabajo colaborativo entre todos los autores, cada uno de su área de conocimiento (médicos de AP: Rafa e Itziar Vergara, metodólogas: Itziar Vergara y Mónica Machón, Bioestadísticas: Maider Mateo-Abad y Kalliopi Vrotsou). También contamos con el apoyo de Javier Basterrechea de la Unidad de Gestion Sanitaria del Hospital Donostia que nos apoyó en muchos momentos aclarando varias dudas que iban surgiendo sobre donde localizar la información requerida en el registro de Osakidetza.

El artículo se basa en las infecciones registradas por Osakidetza durante la primera ola de la pandemia. Gestionamos los datos de más de 14.000 infectados. Esto supuso un esfuerzo considerable, de muchas horas de trabajo. Empezamos a diseñar este proyecto en abril del 2020 y finalizamos el artículo la última semana de diciembre. Tras una fase de revisión por pares finalmente el trabajo se aceptó en marzo del 2021 por la revista BMJ Open.  

¿A qué conclusiones habéis llegado?

Rafa: Tener mayor edad, ser hombre, tener múltiples patologías y consumir muchos medicamentos se asociada a peores resultados. Además, pacientes que toman ciertos grupos de medicamentos como los relacionados con la sangre y los órganos hematopoyéticos [antiagregantes como la aspirina o anticoagulantes como el sintrom) o los del sistema nerviosos como tranquilizantes, antidepresivos  y analgésicos presentan peor evolución. Hay que destacar, también, que los pacientes mayores con psicosis presentaban una alta probabilidad de fallecer tras la infección. De hecho, este fue el grupo que más muertes tuvo.

¿Qué utilidad prevéis que tenga este estudio?

Kalliopi: Por un lado, los datos que obtuvimos a nivel local nos muestran lo mismo que muestra la creciente literatura a nivel mundial, sobre todo, en algunos aspectos novedosos como la peor evolución en pacientes con psicosis. Por tanto, nuestro estudio, publicado a una revista internacional, incrementa el cuerpo de la evidencia existente.

Rafa: Además, esta investigación demuestra el gran valor que tienen las historias clínicas electrónicas de Osakidetza. Tomar decisiones informadas en base a lo que demuestran los datos locales es una herramienta que podemos explotar más para mejorar la asistencia sanitaria, sobre todo, en situaciones como la pandemia actual. Un buen registro nos permite evaluar lo que hacemos y mejorar nuestra práctica.

¿Es compatible la asistencia con la investigación?

Rafa: Sí, es compatible, si bien es cierto que es tiene un corte importante de esfuerzo personal. En teoría un profesional realiza labores asistenciales, docentes y de investigación. Pero la parte asistencial consume la mayoría de nuestro tiempo y energía.

Hasta ahora, al menos en Atención Primaria, salvo algunas excepciones, no han existido espacios dedicados a la investigación.

Tú llevas años compaginándolo. ¿Qué te aporta?

Rafa: La investigación es la forma de mejorar la práctica clínica. Nos permite conocer mejor los problemas de salud de nuestra población y probar qué intervenciones son más eficaces para intentar solucionarlos.

Hay que tener en cuenta que en la práctica clínica en Atención Primaria se caracteriza por una elevada incertidumbre. Sabemos que por cada 5 pacientes que se atienden en AP se genera una necesidad de conocimiento, por lo que la necesidad de responder a todo ello nos genera múltiples preguntas de investigación.

Enlaces de interés:

Estudio: Variables associated with COVID-19 severity: an observational study of non-­paediatric confirmed cases from the general population of the Basque Country, Spain

Biodonostia publica un estudio sobre las variables sociodemográficas y clínicas más relevantes asociadas con la gravedad de COVID-19

Entrevista en video:

Autores de un estudio sobre las variables sociodemográficas y clínicas más relevantes asociadas con la gravedad de COVID-19.