¿Debo obligar a vacunar a Maritxu?
Comité de Ética AsistencialLa próxima semana comenzará la vacunación antiCovid -19 en la residencia de ancianos en la que ejerzo de médico desde hace 4 años. Cuando esta mañana me he reunido con Ana, la enfermera, para ultimar los detalles, me ha informado de que la familia de Maritxu no quiere que se le vacune.
Maritxu tiene 84 años, sufre hipertensión, diabetes tipo 2 y una insuficiencia cardíaca crónica por la que está en tratamiento, además de un deterioro cognitivo importante. Ayer, tras la visita, su hija Gloria pidió hablar con la enfermera para decirle que no quería que vacunaran a su madre. Gloria teme los efectos adversos de la vacuna que podría sufrir su madre; la fiebre, el malestar o la posibilidad de una trombosis, y que esto suponga una complicación de su situación de base que derive en un estado de gravedad.
La conversación con Ana me ha dejado preocupado. Dado el deterioro cognitivo de Maritxu, es su hija quien debe consentir o no la administración de la vacuna, pero ¿qué debo hacer yo? ¿respetar la decisión de Gloria y por lo tanto no ponerle la vacuna a su madre, a pesar de lo que supone de riesgo de contagio? ¿O para evitar ese riesgo y las complicaciones que se pueden derivar obligarle a vacunarse, incluso por orden judicial si hiciera falta?
Opto por intentar reunirme con Gloria ese mismo día. Antes, compruebo si Maritxu tenía redactado el documento con sus Voluntades Anticipadas por si nos pudiera orientar a la hora de tomar una decisión.
Intento transmitir a Gloria que entiendo la preocupación por su madre, y que entre los dos debemos valorar qué es lo mejor para ella. Le explico que, a la hora de tomar una decisión, debemos valorar el riesgo real de la vacuna en una persona como Maritxu, con sus patologías, pero también los riesgos en caso de contagiarse de Covid y los beneficios que le proporcionaría la vacuna.
Planteo también las posibles alternativas, insisto en que la dinámica de la residencia sólo podría garantizar su seguridad, en caso de no vacunarse, aislando en lo posible a su madre. Le explico que, ya que su madre no puede tomar sus propias decisiones dado su deterioro cognitivo, es ella por representación quien las debe tomar, pero siempre valorando qué es lo mejor para Maritxu.
Añado que, en este caso además, la vacuna no sólo protegería a Maritxu, sino al resto de la comunidad, contribuyendo a mantener sin contagios al resto de residentes.
Finalmente, le invito a tomarse un tiempo de reflexión para que lo piense con tranquilidad y a volver a hablar dentro de un par de días.
Comité de Ética Asistencial del Hospital Universitario Donostia