Ainhoa se niega a decir a su pareja que tiene VIH
Comité de Ética AsistencialAinhoa es la última de mis citas de hoy. Estoy preocupada porque lo que tengo que darle no son buenas noticias. Ha dado positivo en VIH. Ainhoa vino hace unos días a mi consulta porque se había notado unos bultos en el cuello. No les había dado mucha importancia, pero después de un tiempo había decidido consultar “por si acaso”. Cuando, entre las pruebas a realizar, le comenté la conveniencia de hacer la prueba del VIH, se mostró sorprendida. No había contemplado esa posibilidad.
Al conocer el resultado se pone muy nerviosa, se angustia. Intento tranquilizarla. Le comento que hay tratamiento, que va a poder seguir llevando una vida bastante parecida a la que lleva ahora, que nos iremos viendo muchas veces, que me podrá preguntar y comentar todo lo que quiera, sus dudas…
Le explico que tenemos que centrarnos en dos líneas: el tratamiento y la prevención. Escucha atenta, asintiendo, pero cuando menciono la importancia del cribado de los contactos sexuales, asegura rotunda que “no quiero por nada del mundo que mi pareja se entere de que soy positiva en VIH”.
Ainhoa me cuenta que hace años, cuando era más joven, “tonteó” con algunas drogas, entre ellas la heroína. Un chico con el que empezó a salir consumía, y los amigos de éste. De hecho, para algunos de ellos llegó a convertirse en una adicción. Para Ainhoa no. El “coqueteo” con las drogas duró lo que su relación con ese chico, unos meses. Luego se fue a estudiar a Bilbao, hizo nuevos amigos, se puso a trabajar…y se olvidó de todo aquello, tan sólo fue un recuerdo de juventud.
Ainhoa aprobó las oposiciones y ahora tiene plaza en un instituto, y desde hace un par de años vive con Ander, con quien por fin cree haber encontrado la estabilidad sentimental que tanto tiempo llevaba buscando. Por nada del mundo va a poner en peligro lo que tiene con Ander, y expresa su miedo a que su relación se rompa si se entera de su época anterior. No le va a decir que tiene VIH.
Mi paciente se niega a decir a su pareja que ha dado positivo en VIH, a pesar de ser una enfermedad de trasmisión sexual. ¿Debo respetar su decisión y no decir nada, o avisar a su pareja, aún en contra de su voluntad, para que pueda protegerse y, en el caso de haberse contagiado, tratarse?
Ainhoa tiene derecho a que se respete la confidencialidad en nuestra relación, pero ¿y el daño que puede sufrir su pareja si, por desconocimiento evitable, no se tratara aún debiendo hacerlo? La situación requiere mucha prudencia.
Cito a Ainhoa a última hora del día siguiente, para poder dedicarle más tiempo. Eso le dará tiempo a asumir la noticia y lo que hemos hablado, ya que hoy está muy nerviosa.
Prepararé bien esa consulta, intentado transmitirle que comprendo su miedo y su reacción y lo difícil que tiene que resultar para ella comunicar a su pareja su diagnóstico. Me ofreceré a aclarar todas las dudas y preguntas que vayan surgiendo y a que venga a mi consulta siempre que lo necesite. Le comentaré la posibilidad de recibir asistencia psicológica, si así lo desea, que le ayude a asumir la noticia y los cambios que se van a dar en su vida.
Pero también le insistiré en la importancia de que su pareja conozca el diagnóstico para que tenga la misma oportunidad que tiene ella de tratarse si lo precisara, y le explicaré lo que ocurriría si se le negara esa posibilidad. Y si ella cree que pudiera ser de ayuda, me ofreceré a contárselo juntos.
Comité de Ética Asistencial de la OSI de Donostialdea