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Entrevista a Sara Calderón en torno al estudio sobre la emigración de médicos de familia formados en España

Entrevistas

Sara Calderón es donostiarra pero en el 2017 tras finalizar la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria le ofrecieron una beca en la Universidad de Queen Mary de Londres que aceptó sin dudarlo. La beca le permitía investigar, formar parte de un departamento de Atención Primaria multidisciplinar y la posibilidad de combinarlo con la práctica clínica.

Actualmente trabaja dos días en semana en un centro de salud y el resto lo dedica a la investigación y la docencia. Está finalizando su doctorado sobre estrategias de promoción de salud en la prevención de la diabetes tipo dos. Además, colabora con la Universidad Ámsterdam UMC y la Organización Médica Colegial, con quienes acaba de publicar un estudio sobre la emigración de médicos de familia formados en España.  

  • ¿Por qué elegiste la medicina de familia?

Creo que lo que más me atrajo de la medicina de familia y la atención primaria fueron su cercanía con los problemas cotidianos de la gente y su amplitud. Es una medicina muy relacional, que se forja en las interacciones cotidianas y continuadas con los pacientes. Esto permite conocerlos y tomar decisiones acordes a sus necesidades y circunstancias concretas y cambiantes. Se centra no solo en la enfermedad, sino también y sobre todo en la persona que la padece. Me gusta esta visión integral de la medicina, que tienen en cuenta al paciente en su contexto y circunstancias. En un segundo plano, creo que pude elegir la medicina de familia porque la conocía. Mi padre es médico de familia (ya jubilado) y me enseñó lo que es la Atención Primaria. Años más tarde, en la Universidad roté en un centro de salud y cursé la asignatura optativa correspondiente, que me encantó. De ahí la importancia de tener referentes y contacto con la atención primaria. Uno no sabe lo que le gusta hasta que lo conoce.

  • Eres donostiarra, pero desde que finalizaste el MIR trabajas en Londres. ¿En qué medida esta decisión tiene que ver con tu desarrollo profesional?

Fue el principal y diría que único motivo. Decidí emigrar por falta de oportunidades de desarrollo profesional en el ámbito de la investigación y la imposibilidad de compatibilizarlo con la clínica. En Reino Unido me ofrecieron una beca para investigar, acceso a un departamento universitario y la posibilidad de combinarlo con la práctica clínica en un centro de salud.

  • La Medicina de Familia en España no consiguió cubrir sus plazas MIR el año pasado. ¿Crees que ha perdido atractivo esta especialidad? ¿Por qué dirías que los MIR se decantan por otras especialidades?

Es una pregunta muy pertinente. Los estudios publicados apuntan tres principales motivos. El primero tiene que ver con la escasa exposición a la medicina de familia. Su ausencia en las facultades de medicina impide que los estudiantes conozcan y valoren la especialidad, y les priva de referentes. Además, ofrece una visión totalmente distorsionada del sistema sanitario. Las asignaturas clínicas en las facultades de medicina son impartidas por especialistas hospitalarios cuando entre el 80 y el 90% de los problemas médicos van a ser resueltos y atendidos en el primer nivel asistencial. Es fundamental que la medicina de familia entre en las universidades, y lo haga de forma transversal para mostrar todo su potencial y atractivo.

En segundo lugar, están las condiciones laborales. La temporalidad, las consultas saturadas, la falta de tiempo para atender a los pacientes, los salarios comparativamente inferiores no solo hacen que muchos especialistas abandonen la asistencia, sino que también repele a los recién licenciados. Las continuas huelgas retratan una atención primaria que no cuida ni atiende a sus profesionales, y de ello son también conscientes los estudiantes. Y en último lugar, están el prestigio y las oportunidades de desarrollo profesional. Aquellos estudiantes con interés o vocación investigadora suelen evitar la medicina de familia al percibirla como una especialidad con escaso recorrido y reconocimiento académico. Y es que la AP rara vez abre portadas, salvo que sea para anunciar su deterioro. Hace falta una apuesta decidida por la investigación en AP, con presupuesto, infraestructura y visibilidad.

  • Acabas de participar en un estudio sobre la emigración de los médicos y médicas de España. ¿Nos cuentas qué conclusiones has sacado?

El estudio revela que casi la totalidad de los médicos encuestados emigraron por motivos laborales o económicos. El 93% por más de un motivo, entre los que predominan el salario, la inestabilidad laboral y la excesiva carga de trabajo por falta de personal. Le siguen la insatisfacción con la gestión sanitaria, la falta de flexibilidad, el escaso prestigio de la especialidad y la falta de oportunidades para el desarrollo profesional.

Siempre se ha asumido que atraer a estos médicos de vuelta era algo difícil, porque la gente tiende a echar raíces en los países de destino y adaptarse a los nuevos entornos profesionales. Sin embargo, nuestro estudio muestra que casi el 50% estaría dispuesto a regresar si sus condiciones laborales mejorasen. Esto indica que existe margen de acción para mejorar la retención y el retorno de médicos, y que hacen falta políticas urgentes para atraerlos de vuelta.

  • Eres una gran defensora de la Atención Primaria. ¿Qué problemas percibes en Gipuzkoa (o en España)?

Creo que hay un problema fundamental de prestigio y reconocimiento de la Atención Primaria, sobre todo por parte de la gestión sanitaria tanto central como autonómica. Esto hace que la Atención Primaria sea siempre y sistemáticamente la última en recibir atención, planificación y presupuesto. De ahí que las condiciones laborales y profesionales de médicas, enfermeras y demás profesionales de atención primaria se hayan visto deterioradas sin que nadie haya hecho nada al respecto. La grave crisis de personal que ahora vivimos se viene anunciando y prediciendo desde hace ya 15 años en unos informes que publica la Universidad de Las Palmas para el Ministerio de Sanidad. Pues bien, en todos estos años no ha habido políticas sanitarias centrales ni autonómicas serias dirigidas a retener y a atraer personal. El sistema de asignación de plazas sigue siendo lento y excesivamente rígido, los centros de salud siguen sin poder organizarse internamente, la presencia de la medicina de familia en las universidades sigue siendo anecdótica, no existen convocatorias de investigación dirigidas específicamente a profesionales de Atención Primaria, etcétera, etcétera. Esto deja entrever una dejadez e irresponsabilidad por parte de las autoridades sanitarias correspondientes.  

  • ¿Cómo crees que podemos recuperar su valor y atraer a nuevos médicos hacia la AP?

El estudio identifica cuatro estrategias. La primera tiene que ver con los contratos laborales. Hace falta estabilidad, suficiente remuneración y flexibilidad para que los profesionales tengan mayor capacidad de elegir dónde, cuándo y cómo quieren trabajar. La segunda recomendación hace referencia a las condiciones asistenciales. Necesitamos tiempo para atender a nuestros pacientes, agendas mejor dimensionadas y mayor capacidad resolutiva mediante la ampliación de los equipos y una mejor colaboración con los demás profesionales (enfermería, administrativos, trabajo social) y especialidades hospitalarias. La tercera estrategia tiene que ver con el desarrollo profesional en el ámbito de la investigación, la docencia y la formación continuada. Y, por último, una mayor autonomía a nivel del centro de salud para organizar su funcionamiento y una gestión más receptiva y responsable para con las necesidades e inquietudes de sus profesionales.

  • Por último: ¿Volverás?

Espero que sí. Si me garantizasen oportunidades para investigar y compatibilizarlo con la clínica desde luego que volvería.

Reside en Londres, donde puede compatibilizar práctica clínica con investigación y docencia