Medikuen Ahotsa

Pantallas, niños y adolescentes

Artículos de colegiados

Las nuevas tecnologías audiovisuales han producido grandes cambios en la sociedad actual. Televisión e Internet forman parte de la actividad diaria de las personas, y ejercen una gran influencia en niños y adolescentes.

Se han modificado el concepto y el empleo del tiempo libre, el uso de estos medios ocupa una parte importante de las horas dedicadas al ocio, y han sufrido cambios significativos las bases del aprendizaje y las formas de comunicación y de información; así como las normas de convivencia personal y familiar.

Estos dispositivos han cambiado la mentalidad de los niños, su forma de entender y de captar la realidad, su actitud ante el conocimiento y su modo de concebir el mundo; hasta el punto, de que la educación ya no podrá desarrollarse a espaldas de los modernos medios audiovisuales.

La revolución digital ha acrecentando también el afán consumista de niños, jóvenes y adultos, y ha introducido nuevas formas de relación en las familias. El ser miembros activos de la sociedad de consumo, parece constituir el fin último de nuestra existencia.

Junto a los indudables efectos positivos de los modernos medios audiovisuales, hay que tener muy presentes los aspectos negativos derivados del mal uso que se hace de los mismos. Los niños, desde edades muy tempranas, están rodeados de dispositivos con pantallas: televisor ordenador, teléfono móvil, tablet, videoconsola.

La Televisión es el medio audiovisual masivo y dominante. Niños y adolescentes pasan muchas horas cada día delante del televisor, que varía dependiendo de la edad; la media puede ser de 3- 4 horas diarias. 

La Organización Mundial de la salud recomienda evitar la exposición de los menores de dos años a las pantallas; en otros grupos de edades, el tiempo de uso aconsejable es de una a dos horas al día.

La exposición reiterada a la televisión en edades tempranas de la vida (1 a 3 años) está asociada a problemas de déficit de atención en el diez por ciento de los casos, que se puede manifestar ya, a la edad de 7 años.

La observación frecuente de escenas violentas en televisión repercute en la agresividad del niño, que comienza a registrarse a los 3 años de vida. Cuanto mayor sea el tiempo de exposición a programas televisivos violentos mayor es el riesgo de conductas violentas en niños y adolescentes. Este es un tema de gran trascendencia, que ahora solo me limito a esbozar.

Lo que realmente me interesa tratar es el mal uso y abuso de las Redes Sociales y de los Teléfonos Móviles Inteligentes, en lo que tiene que ver con el acoso en sus diferentes formas, los contenidos pornográficos, y sus consecuencias para niños y adolescentes.

En cuanto a las Redes Sociales, hoy día es raro encontrarse a una persona que no utilice alguna de las plataformas más conocidas de este tipo:  Facebook, Instagram o Twitter... Y además es muy fácil registrarse en ellas y a cualquier edad a través de un número de teléfono móvil, y donde, además, no hay control de los contenidos pornográficos.

A muchos jóvenes se les hace difícil entender el mundo sin dedicar cada día mucho tiempo a las Redes Sociales, que indudablemente tienen sus ventajas, cómo es, la facilidad de comunicarse con personas de todo el mundo, pero que tienen también aspectos muy negativos cuando se hace mal uso de ellas.

Cada vez más expertos a nivel mundial muestran su preocupación por los posibles efectos secundarios que pueden acarrear su mala utilización, como son: la adicción, trastornos emocionales y crisis de ansiedad; como males menores. Noticia reciente ha sido que Australia es el primer país del mundo que prohíbe el acceso a las Redes Sociales hasta los 16 años.

El ciberacoso (ciberbullying) en sus diferentes formas (físico, emocional, verbal y sexual) es uno de los principales riesgos. "Los chicos no necesitan salir de casa para encontrar problemas, póngalos frente a un ordenador y los problemas estarán al alcance de sus dedos" (Academia Americana de Pediatría). Existen también multitud de páginas que hacen apología de la violencia, iniciación al consumo de drogas y de conductas racistas.

Está comprobado que la dedicación excesiva a las Redes Sociales favorece el aislamiento social de los jóvenes, ya que la comunicación que puedan mantener con otras personas es más virtual que real.

En lo referente a los Teléfonos Móviles, el consumo de contenidos pornográficos por niños y adolescentes a través de los smartphones comienza en edades muy tempranas. El 53,8% lo hace entre los 6 y 12 años según un estudio de Save The Children. El acceso  a contenidos pornográficos es ahora muy fácil a través de Internet, y el dispositivo más usado para ello es el teléfono móvil, que es utilizado con más frecuencia por los chicos que por las chicas.

Entre los 9 y 12 años, siete  de cada 10 niños lo usan para ver pornografía y es que la pornografía se ha convertido en la fuente principal de "educación sexual" para muchos niños y adolescentes; lo que puede llegar a constituir una adicción con importantes secuelas, ya que aumenta el riesgo de fracaso escolar,  daña  la inteligencia y la memoria, la capacidad de atención  y concentración, y altera la calidad del sueño.

Conviene resaltar que el consumo frecuente de contenidos pornográficos puede tener consecuencias especialmente graves para los jóvenes, ya que no tienen la madurez emocional necesaria para comprender lo que ven en las pantallas. Los niños y adolescentes que ven pornografía creen que lo están viendo es la realidad.

Por lo tanto, es necesario proteger su desarrollo emocional, psicológico y sexual; y sobre todo, que se dificulte el acceso a las páginas de contenidos pornográficos y violentos.

Los padres no deberían regalar a sus hijos un teléfono móvil con acceso a Internet (smartphone) a los 9 años. La edad aconsejable para hacerlo, según los expertos, sería pasada la pubertad. Estos dispositivos no los deben tener en su habitación,

Ante tan serio problema, es necesario y urgente una Regulación coordinada por parte de los Gobiernos de la Unión Europea, adoptando medidas que protejan a nuestros menores de la visión de contenidos pornográficos que emborronen esta maravillosa edad de la inocencia.

Entre las medidas de prevención de contenidos pornográficos, acoso y extorsión en la red, la primera debería de ser la exigencia de verificación de la edad de acceso a estas páginas por parte de las plataformas distribuidoras. Lo que no es fácil ni seguro.

Padres, médicos de atención primaria y educadores pueden y deben jugar un papel muy importante en la prevención de los efectos secundarios ocasionados por el uso indebido de estas tecnologías. Hay varias y valiosas aplicaciones de Control Parental (Qustodio, Safe Kids, Family Link se Google...), para que sus hijos tengan una navegación segura en Internet.

Los pediatras y médicos de atención primaria deben  incluir en la historia clínica de sus pacientes niños y adolescentes, el tiempo que dedican cada día  a las pantallas (televisión, tablet, teléfono móvil...), anotando en su historial, si observan algunos de los siguientes problemas: obesidad, trastornos  del aprendizaje, comportamiento agresivo, depresión o ideas suicidas; y en los casos positivos hacer un seguimiento de los mismos.

Es muy importante también que los padres inculquen a sus hijos desde edades tempranas un espíritu selectivo y crítico ante la variada oferta  de contenidos que se pueden encontrar en las páginas web de su teléfono móvil.

Por otra parte, se hace muy  necesaria la implantación de Educación sexual en los colegios en la edad prepuberal, hecha con seriedad,  inteligencia y mesura; así como reforzar la educación  general e impartir conocimientos suficientes de educación para la salud, tanto física como mental.

 

Dr. Francisco Muñoz, pediatra y miembro de la Asociación Española de Médicos Escritores