La voluntad de Rafael
Comité de Ética AsistencialQuedan todavía varios pacientes en la consulta de Oncología cuando hago pasar a Rafael. Antes de que entre leo en su informe que hace cinco años fue diagnosticado de un carcinoma de vejiga, y hace dos de un hipernefroma, con extirpación del riñón. Su evolución era buena, pero hace un mes ingresó en el hospital por una neumonía, y es ahí donde le objetivaron metástasis pulmonares y cerebrales.
Leo también que, una vez detectadas las metástasis y con el objetivo de conocer los deseos del paciente, se decide consultar el documento de Voluntades Anticipadas, redactado y registrado tres años antes. En base a lo expresado por el paciente en ellas, se opta por un tratamiento paliativo con Hospitalización a Domicilio.
Consulto el documento, y en él el paciente expresa su deseo de que si llega un momento en el que él no sea capaz de tomar sus propias decisiones y sufra una enfermedad grave e incurable, no se le apliquen tratamientos que prolonguen o le mantengan con vida.
A la consulta entra un hombre, de 75 años, que viene acompañado de su hijo. Éste último, visiblemente enfadado, me dice que ni él ni sus otros dos hermanos están de acuerdo con la decisión tomada por los profesionales que atendieron a su padre en el ingreso, y que desembocaría en una sedación paliativa en breve espacio de tiempo. Que así se lo hicieron saber a los médicos, que les respondieron que ellos debían respetar los deseos del paciente, y que éstos estaban recogidos en su documento de Voluntades Anticipadas.
¿Debo, al igual que mis compañeros, defender que no se le apliquen tratamientos que prolonguen la vida al paciente, ya que es eso lo que recogen sus Voluntades Anticipadas, o hacer caso a sus familiares, y acordar con ellos algún otro tipo de tratamiento?
¿Y Rafael? Creo que son sus deseos los que se deben respetar. Sus deseos, si es posible, en este momento concreto y en esta circunstancia concreta que está viviendo. Sólo si es incapaz de expresarlos deberé consultar su documento de Voluntades Anticipadas.
Miro a Rafael. Espero ver frente a mí a un paciente que responda, de alguna manera, a la definición de incapaz. Sin embargo, aunque todavía se trata sólo de una primera impresión, no percibo en él ningún signo que me haga pensar en una situación de incapacidad. Comienzo una conversación con él, y me encuentro con un hombre lúcido. Hablamos de sus opciones, de la sedación paliativa, y también de la posibilidad de tratar las complicaciones, de intentar reducir los síntomas y la masa tumoral...Consensuamos, entre todos y siguiendo sus deseos, un tratamiento que retrase el avance de la enfermedad.
Comité de Ética Asistencial de OSI Donostialdea