Medikuen Ahotsa

No te olvidaremos Alex Urbistondo

In Memoriam

Escribimos esta nota con la tristeza a flor de piel tras la noticia del fallecimiento de nuestro querido compañero y amigo Alexander Urbistondo.

Hijo de un famoso pelotari vasco, de Andoain, Álex pasó los primeros años de su existencia en EEUU. Hizo la carrera en la UPV-EHU y la especialidad en la Vall d´Hebron.

En esa época, y como buen guipuzcoano, su apego a la tierra le hacía pasar cada verano por el Servicio de San Sebastián para saludar y para que se acordaran de él cuando acabara la residencia. No hacía ninguna falta, porque las referencias de su jefe en Barcelona, Vicente Martinez Ibañez, era tan buenas que no cabía duda de que era un buen fichaje.

Era una persona que, sin intentarlo, destacaba sobre el resto. Ya no solo por su estatura (más de 1,90m coronados por una cabellera alborotada que le daba un aire de genio despistado) sino, lo que es más importante, por sus extraordinarias cualidades humanas. Álex era bueno en el más amplio sentido de la palabra. Excelente compañero, con una inteligencia aguda, siempre atento y prudente, con gran un sentido del humor, y excelente profesional, son solo algunas de las características con las que lo identificamos. Su manera de relacionarse con sus pequeños pacientes y sus familias se fundamentaba un interés genuino por su bienestar físico y emocional que procedía de su gran humanidad, y se hacía evidente para cuantos trabajaban con él.

Álex conoció al amor de su vida durante su residencia, Yesika, que por entonces aún vivía en su Donosti natal. Siempre que podía, tomaba un autobús que le llevaba a pasar allí el fin de semana con ella; por supuesto, no perdíamos oportunidad para tomarle el pelo por la evidente cara de cansancio con la que llegaba después de estas escapadas, y él encajaba nuestras bromas con su buen carácter habitual. Más tarde, ella vino a Barcelona para formarse como matrona y tuvimos la oportunidad de comprobar el porqué Alex la había elegido (una mujer valiente, divertida e inteligente) y la suerte de poder contar también con su amistad.

Juntos pasamos por los angustiosos momentos del diagnóstico inicial de Alex, y juntos también, nos alegramos tras su primera remisión completa.

Al finalizar la residencia, Álex decidió ampliar su formación con un fellowship en el hospital Great Ormond Street de Londres, donde destacó por sus evidentes cualidades, y entabló una excelente relación con el doctor Edward Kiely. Tras finalizar su estancia allí, se enfrentaba a la decisión de su futuro profesional. Pese al enorme interés del Vall d´Hebron por su contratación, él tuvo claro que cada minuto con su familia era precioso, y así, decidió regresar a San Sebastián.

Desde su llegada fue aportando al Servicio todo lo aprendido en los dos grandes centros donde trabajó. Tras la jubilación del Jefe de Servicio asumió esa responsabilidad en 2017 con 35 años. Tremendamente organizado y riguroso, siempre destacó para liderar desde el ejemplo y la tranquilidad. Bajo su gestión inició el progresivo relevo de la plantilla con nuevos facultativos, amplió la cartera de servicios y estableció vínculos laborales con otros profesionales de nuestro centro y con otros servicios de cirugía pediátrica. A nivel personal, de vuelta en Donosti, coincidió de nuevo con antiguos amigos de la Universidad y volvió a pasar más tiempo con “la Koadrilla”; pero sobre todo, se casó con su querida Yeiska y tuvo dos hijos, Endika y Paul, a los que quería con toda su alma.

Gran amante de la gastronomía, fue miembro de una sociedad gastronómica y disfrutaba con los amigos entre fogones. Siempre le gustó la música y acudir a festivales; a nivel deportivo también destacó en el tenis y cuentan que fue una gran portero en sus años de fútbol. Con todo, nunca perdió su vínculo con Barcelona dónde acudía frecuentemente a visitar a su hermana y sobrino, y se reencontraba con sus colegas del Valle. Pese a la distancia siempre mantuvo una estrecha amistad con todos ellos.

Cuando aparecieron las dificultades siguió trabajando con una profesionalidad encomiable. Siempre animado y con un sentido del humor muy especial, afrontó esta etapa con una entereza fuera de lo común. Su pronta partida deja un vacío enorme en su familia y allegados que es irremplazable. Todos los que tuvimos la suerte de conocerle y trabajar a su lado hemos admirado su fortaleza. Nos queda su ejemplo de lucha y entereza y la responsabilidad de continuar el trabajo desarrollado por él durante todos estos años. No te olvidaremos Álex. Te queremos amigo. Descansa en paz.

Por Gabi Guillén, Jose Andrés Molino, José Luis Ramos, Iñaki Eizaguirre, compañeros de profesión.

 

 

Gabi Guillén, Jose Andrés Molino, José Luis Ramos e Iñaki Eizaguirre