40 años de trabajo para que la salud sea un derecho de todos
ReportajesErradicar la pobreza y permitir que la salud sea un derecho al alcance de todas las personas. Estos fueron los objetivos que hace ya 40 años motivaron a un reducido grupo de médicos y farmacéuticos a constituir la Asociación Medicus Mundi Gipuzkoa.
Txirotasunarekin bukatzea eta osasuna guztion eskubidea izatea ahalbidetzea. Helburu hauekin jaio zen Medicus Mundi Gipuzkoa orain dela 40 urte, 1974ko urtarrilaren 4an. Gaur egun xede horiek ere bultzatzen dituzte beren proiektuak. Lourdes Fernández boluntarioak eta Mónica Míguez erakundeko langile eta komunikazio-arduradunak azaltzen dutenez, elkartea “hegoaldean” – herrialde txiroenetan - garapen-proiektuak antolatzen dituzten bertako organizazio eta laguntzak ematen dituzten erakunde publikoen arteko bitartekaria da. Lau hamarkada hauetan Medicus Mundi Gipuzkoak herrialde ugaritan burutu ditu lanak, nahiz eta azken urteetan Ruandan, Etiopian, Indian, Ekuadorren eta Perun egin dituen proiektu gehienak. Hala ere, “Iparraldean” – Gipuzkoan – ere garapenerako heziketa-jarduerak antolatzen dituzte, baita hitzaldi edota erakusketak. “Geure bizimoduak beste herrialdeek daukaten egoeran ere eragina dauka”, dio Fernándezek. .JPG)
Hoy en día, cuatro décadas después de aquel 4 de enero de 1974 en el que se fundó la organización, ambos fines siguen justificando con más urgencia si cabe el trabajo diario de la asociación en los proyectos que pone en marcha tanto en los países menos desarrollados —“el Sur”, tal y como les llaman sus responsables y voluntarios— como en Gipuzkoa —“el Norte”—.
“En sus orígenes, Medicus Mundi Gipuzkoa lo que ofrecía era atención primaria de salud, pero a lo largo del tiempo nos hemos ido dedicando a los derechos sexuales y reproductivos”, explica Lourdes Fernández, que desde hace 18 años es voluntaria de la organización. Ella, como la mayor parte de los casi 400 socios y socias, no son profesionales sanitarios, si bien la presidenta, Asun Isasi, y la vicepresidenta, Inmaculada Vila, sí son médicas.
El voluntariado sigue siendo, no obstante, fundamental en el día a día de la asociación. Y la participación de cada uno de ellos va cambiando desde su llegada a la organización con sede en el barrio de Bidebieta de Donostia. “Va en función de los horarios o por tu estado de ánimo. Hay veces que se hacen fotocopias, otras veces se buscan informes, etc”, apunta Fernández, que insiste que “si no hay alguien que haga una fotocopia o un escaneo final el proyecto en cuestión se queda sin presentar”.
Mónica Míguez, durante años voluntaria y hoy trabajadora de Medicus Mundi Gipuzkoa como responsable de comunicación, recuerda que cuando ella llegó, en 2004, coincidió con un momento muy crítico en el que había “mucha gente con necesidades inmediatas”, principalmente por los tsunamis que habían padecido en el sureste asiático. En su caso, destaca la necesidad de “transformar la sociedad” a través de un “cambio de conciencia” en los países más desarrollados a nivel económico, el llamado Norte.
Ambas se afanan por aclarar cuál es el funcionamiento de Medicus Mundi Gipuzkoa, con la intención de dejar de lado los prejuicios de la población acerca de estas ONG. Explican, así, que desde la organización nunca se plantean proyectos en “el Sur” – los países más pobres -, sino que son organizaciones de esos países las que les hacen llegar sus necesidades y planes de desarrollo más concretos. La asociación ejerce así de “intermediaria” encargándose de solicitar y optar a las ayudas y subvenciones de las administraciones, bien sea el Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa o los ayuntamientos de diferentes municipios.
Durante estos 40 años ha colaborado en la creación de centros de salud en esos países más necesitados. Así, ha impulsado la inauguración de dispensarios, maternidades u hospitales. Medicus Mundi Gipuzkoa también ha participado en todo el proceso de construcción de infraestructuras como edificios, residencias para el personal sanitario y las familias de los enfermos o comedores, y se ha encargado de garantizar el abastecimiento de agua y las provisiones de energía. Se han realizado, además, programas de vacunación, abastecimiento de medicamentos y material sanitario, así como medicina preventiva y programas de salud sexual y reproductiva.
Su andadura comenzó en Ruanda, por la especial sensibilidad hacia este país que mostraron los médicos que participaron en el nacimiento de la asociación. Allí han seguido desarrollando proyectos y, a partir de los años 90, también han colaborado con organizaciones de Costa de Marfil, Ghana, Guatemala o Bolivia. A partir de 2000, Medicus Mundi decidió a nivel federal —hay 15 asociaciones en todo el Estado que actúan con autonomía plena si bien comparten objetivos— que cada organización se dedicara a unos países en concreto. En Gipuzkoa se centran desde entonces en Ruanda y en Etiopía, India, Ecuador y Perú.
Las acciones en “el Norte”
Pero también desarrollan proyectos en “el Norte” —los países económicamente más prósperos-, en este caso, en Gipuzkoa. “Hacemos educación para el desarrollo, que contempla actividades mostrando cómo son los países del sur y enseñando también cómo nuestra forma de vida influye para que otros países tengan las condiciones que tienen”, afirma Lourdes Fernández. La asociación considera, así, que “la erradicación de la pobreza y la consecución del derecho a la salud está íntimamente unido a que haya cambios en la sociedad, fomentando una cultura de solidaridad y compromiso ciudadano”.
Además de las conferencias, charlas, exposiciones y encuentros que se organizan periódicamente en Gipuzkoa, una de las actividades más exitosas de Medicus Mundi Gipuzkoa es el concurso Jóvenes en Busca del Sur, un juego-concurso de sensibilización dirigido a jóvenes de entre 19 y 30 años, que han nacido, trabajan, estudian o residen en Euskadi. El concurso tiene un doble objetivo; por un lado, mejorar el conocimiento y el interés por la realidad de los países del Sur, y por otro, favorecer el trabajo creativo en equipo. Los ganadores obtienen como premio un viaje a uno de los países en los que la organización ha puesto en marcha alguno de sus proyectos. “Hay problemas del sur que también están en el norte”, recuerda Mónica Míguez, por lo que reivindica este tipo de actividades organizadas por y para los guipuzcoanos. Hoy en día, la asociación pretende “servir en Gipuzkoa de punto de encuentro y foro crítico, denunciando situaciones de injusticia, especialmente las relacionadas con los derechos sexuales y reproductivos y con el derecho a una sanidad pública y universal”.