A pesar de vivir rodeados de publicidad de productos y servicios sanitarios, la publicidad sanitaria no es algo común en otros países de la UE. En Francia, Alemania o Bélgica, por ejemplo, está prohibida o fuertemente restringida.
La publicidad masiva de productos y servicios sanitarios y parasanitarios se ha extendido de forma espectacular en la última década. No nos sorprende encontrar en el periódico, en revistas o en la televisión anuncios de profesionales, centros y productos sanitarios.
Sin embargo, la publicidad sanitaria no es algo común en otros países de la UE. En Francia, Alemania o Bélgica, por ejemplo, está prohibida o fuertemente restringida, pues se considera que no es ético promover el “consumismo sanitario”. Algunos colectivos sanitarios, como los dentistas, han pedido en repetidas ocasiones que se siga el ejemplo de estos países y que se pongan restricciones a la publicidad agresiva, que emplea descuentos engañosos, caras de personas famosas y mensajes confusos para la ciudadanía.
¿Se debe restringir e incluso prohibir la publicidad sanitaria?