Medikuen Ahotsa

Ander Ramos «Los médicos son los que deciden si nuestras tecnologías se usan o no»

Entrevistas

Nunca antes se había concedido el premio Walter Kalkhof-Rose con el que la Academia Alemana para las Ciencias y las Letras distingue al mejor investigador joven a alguien que no hubiera nacido Alemania. Ander Ramos (Donostia-San Sebastián, 1980) fue el primero. El ingeniero industrial, también Doctor en Neurociencias, lleva años investigando acerca de la rehabilitación de pacientes que han sufrido un ictus, y tratando de mejorar su movilidad.

 

 

«Sendagileak dira geure teknologiak erabiliko diren edo ez erabakitzen dutenak»

Ander Ramos (Donostia, 1980), alemaniarra izan gabe Walter Kalkohf-Rose saria jaso duen lehen ikertzailea da. Iktusa izan eta gero mugikortasunik gabe gelditu diren pazienteentzako diseiniatutako teknologiengatik eman zioten sari hori. Ikerkuntzan lantalde anitzen garrantzia azpimarratzen du elkarrizketa honetan, bere ustez sendagile eta ikertzaileen elkarlana oso garrantzitsua baita. “Sendagileak dira geure teknologiak erabiliko diren edo ez erabakitzen dutenak”, dio.

 

¿Por qué le otorgaron a usted y no a otro el distinguido premio Walter Kalkhof-Rose?

Me lo dieron por el trabajo realizado durante cuatro años con interfaces para la rehabilitación de pacientes que tras un ictus se han quedado completamente paralizados. Por eso no pueden acceder a ninguna de las terapias existentes, porque estas siempre exigen un mínimo movimiento para poder ejecutarse. Lo que nosotros hacemos es detectar la actividad cerebral cuando esa persona intenta moverse, la decodificamos y le movemos el brazo con un  exoesqueleto robótico. A través de hacer esto durante mucho tiempo conseguimos una reconexión del cerebro a los músculos, trabajando la neuroplasticidad.

¿Cuál suele ser la primera reacción de esos pacientes que recuperan movilidad?

Los resultados no son inmediatos y no mueven la mano perfectamente. Pero sí que se emocionan, e incluso a veces lloran. Cuando ven, por ejemplo, que son capaces de mover una mano que ha estado paralizada durante ocho años se emocionan y mucho y se dan cuenta de que no está todo perdido. Es más, se quedan con la esperanza de pensar que se pueda seguir avanzando y que, gracias a la ciencia, se les pueda dar una solución.

Por tanto, en este momento se encuentra usted trabajando en este mismo proyecto.

Sí, estamos ampliando un poco, intentando mejorarlo y optimizarlo, para que ese pequeño movimiento se convierta en algo más funcional, en un movimiento que les pueda ayudar a hacer algo más importante.

¿Cuáles son sus ambiciones? ¿Hasta dónde cree que puede llegar la neurotecnología?

La neurotecnología es cada vez más importante, y los estudios indican que va a crecer mucho más. Porque realmente el cerebro es el órgano menos explorado de todos los que tenemos y estamos empezando a hacerlo y a interactuar con el sistema nervioso. El futuro está totalmente  abierto. Con cualquier cosa que podamos pensar ahora probablemente nos quedemos cortos. A corto plazo evidentemente se necesita mucha investigación y muchos recursos. En nuestro caso particular el objetivo es conseguir que la gente que está paralizada se pueda volver a mover.

¿Qué importancia tiene la relación que mantienen ustedes los investigadores con los médicos?

Es vital. Hoy en día el que no esté inmerso en un grupo multidisciplinar probablemente no vaya a avanzar lo suficiente. Todo está muy unido. Hacen falta ordenadores para todo, electrónica, mecatrónica, cada vez hay más robots apoyando a los médicos haciendo análisis... Todo se apoya en la tecnología, así que estamos condenados a entendernos. La Medicina aporta todo, desde el momento menos uno. Cuando estás diseñando algo necesitas que te den unas pautas porque lo que un tecnólogo o un ingeniero pueden pensar que es solucionar un problema un médico lo ve de otra manera diferente. Los médicos tienen que estar involucrados en este tipo de desarrollos desde el principio y, sobre todo, al final, porque son ellos los que van a aplicarlos y los que van a decidir si se utilizan estas tecnologías o no. Porque a veces hay tecnologías que  están desarrolladas y no se usan, y otras en las que nosotros no somos capaces de desarrollar lo que los clínicos pueden aplicar.

Los investigadores, ¿se sienten correctamente valorados por los médicos?

Sí, sí. Muchas veces tenemos nosotros más problemas que ellos. Esto de los equipos multidisciplinares es algo nuevo para nosotros y sí que hay un problema de comunicación porque muchas veces no somos capaces de ofrecer a los médicos algo que ellos vean como funcional, que les vaya a aportar algo y les ayude. Es un error por no haber metido a los médicos desde el principio en el diseño y en este tipo de proyectos en los que tienen que estar involucrados.

Usted vive actualmente en Alemania. ¿Cree que podría haber puesto en marcha estos proyectos en Gipuzkoa?

En eso estamos. Yo he estado en Gipuzkoa —en Tecnalia— siempre y de hecho este trabajo se hace en Gipuzkoa. En estos momentos estamos trabajando con el Hospital U. Donostia para avanzar en este proyecto. En Gipuzkoa tenemos a gente de muchísima calidad, tenemos todo lo  que hace falta para hacer investigación de primera línea mundial y lo que tenemos que hacer es aprender de las experiencias de otros lugares y de otros grupos y mejorar lo que hacemos. Lo más importante es que juguemos en equipo. Es decir, montar la multidisciplinaridad y coordinarnos bien. Entendernos bien para aprovechar todas las cualidades que tenemos.

¿Es suficiente lo que las administraciones de nuestro territorio dedican a la investigación?

No. Han recortado, pero antes lo que había tampoco era suficiente. La ciencia revierte muchísimo no sólo a nivel económico sino también a nivel social. Intentamos mejorar la calidad de vida de las personas e intentar solventar los problemas de la gente. Si haces ciencia estás educando a las personas y si la gente está educada y piensa la sociedad avanza. También es muy importante que se involucren las empresas privadas. No puede ser que se deje todo el peso sobre la financiación pública. En ningún país del mundo se puede hacer y aquí tampoco.

Esos problemas de financiación, ¿se deben a una falta de recursos o es por una falta de interés en la ciencia y en la investigación?

Yo creo que son las dos cosas combinadas

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